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marzo 29, 2021“Una Sociedad de la Información es aquella en donde la actividad económica depende de las actividades relacionadas con la generación de información, sistematización y su análisis”. Esta se crea a partir del intercambio acelerado de la información que permiten las telecomunicaciones.
En su ensayo, José Daniel Arias Torres nos habla de las Sociedades de la Información y del Conocimiento. Aborda el tema desde una perspectiva histórica, social e internacional. Se observa la evolución de la economía desde la agricultura, la industrialización y la información.
Paralelamente, desde una perspectiva que asemeja a la marxista, Daniel traza una relación entre las distintas etapas económicas de los países, con su ubicación geográfica para definir los ‘estadios’ en uso de la información que encuentra su idealización en una Sociedad del Conocimiento.
Conceptos como el Norte y el Sur global no faltan para demostrar cómo la evolución de las prácticas económicas evolucionan en distintos países del mundo. El Norte global, osea, los países desarrollados, apuestan a las tecnologías de la información. El Sur global, apuesta a un ‘estadio’ previo, la industrialización.
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Sociedades de la información y del conocimiento: Un análisis crítico
Con la llegada del siglo XX y el arribo de nuevas tecnologías que acortaban distancias y tiempos, los obstáculos al dinamismo político, económico y social se difuminaban más y más, el Estado-nación era desplazado –sin que esto signifique que dejó de tener el papel protagónico en la escena internacional- por abstractos socioeconómicos como el Mercado y por figuras de gobernanza internacional que regulaban, al mismo tiempo que pasivamente promovían con sus esquemas jurídicos a la propia globalización occidental.
La globalización como un momento histórico del devenir capitalista, trae consigo nuevos roles políticos y replanteamientos económicos.
En todo este periodo tenemos tránsitos sociopolíticos y económicos importantes, el abandono del campo y el poblamiento de las ciudades, el apogeo de la clase obrera como clase política determinante de los procesos históricos.
La democratización de países, el desarrollo acelerado de las tecnologías, de las redes de comunicación, y el cambio sociocultural que trajo consigo la llegada en primer lugar de la radio y en segundo lugar de la televisión, lo cual resulta en una revolución mediática, lo que genera nuevas identidades políticas y nuevas formas civiles.
En consecuencia, las sociedades industriales avanzadas comienzan a modificarse, sus actividades industriales y clase obrera disminuyen al interior de sus países y otras formas o clases emergen: Profesores, investigadores, técnicos, científicos, oficinistas, etcétera. La revolución industrial tiene su continuación en la Revolución digital y esta, también altera las estructuras sociopolíticas.
La actualidad está siendo determinada por una realidad muy concreta, y es que la revolución tecnológica y digital ha arribado a la cotidianidad, las sociedades comienzan a producir y ser producidas por esta relación con lo digital en la que la economía y el poder se altera.
La aceleración de los procesos económicos y sociales solo ha sido posible gracias a la interconectividad del mundo, esta interconectividad abarca más que rutas comerciales y migratorias. Esta interconectividad se inserta en cuestiones inmateriales como el ciberespacio; espacio inmaterial que modifica relaciones políticas, económicas y sociales materiales.
Esta interconectividad, en buena medida, tiene su razón de ser posible en el internet y en la forma en que este es usado como herramienta social que viene a alterar percepciones de espacio y tiempo.
La Sociedad de la Información y la del Conocimiento: origen y características
El término “sociedad de la información” ya se usaba a finales de la década de 1960 para referirse a este fenómeno de intercambio acelerado de información. Sin embargo, este tipo de sociedades no se limita a un mero intercambio y flujo de información.
Las sociedades de la información, en este sentido, son parte de un devenir histórico que se posibilita gracias a la introducción masiva de tecnologías de la información en la vida cotidiana (TIC´s), que dan cabida a un continuo flujo de información instantáneo entre el grueso de la sociedad.
Para que una sociedad sea catalogada dentro de esta categoría, se requiere que su PIB dependa en buena medida del intercambio de información, lo que refleja que la información y su continuo flujo se establece como la nueva economía, no obstante, esto también refleja que para ser una sociedad de la información, se requiere de la infraestructura para que la información pueda fluir a todo rincón de una sociedad sin contratiempos. Es así, como las sociedades de la información no son solo términos contingentes, sino realidades económicas que eventualmente se politizan.
Las sociedades del conocimiento, son una propuesta más compleja para no limitar esta etapa a la mera generación de información, sino al análisis y sistematización; para generar propuestas nuevas en la humanidad en donde el conocimiento esté socialmente construido.
Existe un consenso entre quienes estudian a esta clase de sociedades, de que una sociedad del conocimiento. Una sociedad del conocimiento solo puede venir después de haberse establecido una sociedad de la información, pues esta, se basa en la infraestructura que permite la conectividad de la sociedad.
A pesar de que el ideal es que las sociedades de la información den el paso decisivo hacia una sociedad del conocimiento, lo cierto es que esta clase de sociedades se han mantenido estáticas en la mera generación de abundante información sin reflexión, lo que produce una paradójica desinformación, el tránsito a las sociedades del conocimiento se encuentra impedido por la propia abundancia de información que no se suele analizar, reflexionar y discernir.
Una sociedad de la información supone que existe un libre flujo de información, lo que indudablemente nos remite a un sólido derecho a la información, pero a partir de aquí es que las contradicciones aparecen y una serie de cuestionamientos se hacen imperativos de hacer ¿Por qué países desarrollados, a pesar de sus capacidades técnicas, continúan insertos en sociedades de información sin dar el paso a ser sociedades del conocimiento?
Michel Foucault establecía que existen ciertos discursos dominados por ciertos grupos élites: el discurso jurídico, el discurso económico, el discurso médico, etcétera, es de esta concepción que parte en su razonamiento para establecer que el conocimiento es poder. El control de la información es necesario para no democratizar realmente las relaciones sociales a través de este tipo de flujos de información constantes y es de esta situación que se degeneran las siguientes.
En primer lugar existe un continuo flujo de información que, en la teoría, se motiva y estimula como algo horizontal, la información, materia prima para la construcción social del conocimiento, parte de diversos centros.
En este sentido, hemos dejado de hablar de un centro unitario para comenzar a hablar de multiplicidad de centros enmarcados en un sistema. La figura de la centralidad solo se ha pluralizado, pero no extinguido, se hace más evidente al preguntarse ¿De dónde proviene y que intereses hay detrás de la información que se propaga y que a su vez propagamos? Esta información se diluye en el mar de información, pero indudablemente su narrativa y su origen se encuentran en algún lugar.
Por otro lado, una sociedad de la información tiene como supuesto clave el libre flujo de la misma. Sin embargo, su flujo encuentra su propio límite en el mercado, uno que si bien se erige como libre, existen barreras en su flujo como la sobreinformación o derechos de autor.
Es así que tenemos una realidad en la que la información fluye, pero no fluye tan libre como se hace creer y las sociedades insertas en estas categorías de sociedades de la información, se ven impedidas de avanzar hacia las sociedades del conocimiento, este tipo de sociedades, a su vez, se encuentra de frente al gran reto que significa la identificación de las verdaderas fuentes de información que se mediatiza y se socializa, y la identificación de los intereses que existen detrás de esta información que se propaga y que produce a la sociedad.
Cuestiones como los algoritmos que fungen de guía activa a un usuario pasivo, para encaminarlo hacia información que se acopla a los intereses del usuario, deben ser puestos en el debate público, pues es en estos algoritmos en apariencia apolíticos, que nadie controla personalmente y que carecen de centralidad rectora, donde se encuentra la verdadera política, o más bien, la post política.
Sociedades de la Información y su necesidad de Sociedades Industriales
Dentro de los procesos económicos históricos tenemos momentos de tránsito. En términos materiales, las sociedades han transitado de ser agrícolas, a sociedades industriales. Ahora nos encontramos en un cambio de sociedades industriales, a sociedades de la información en donde la actividad económica depende de las actividades relacionadas con la generación de información, sistematización y análisis de esta, o instalación técnica de redes que permitan la conectividad.
El principio de posibilidad de una sociedad del conocimiento, es el desarrollo óptimo de una sociedad de la información y a su vez el principio de posibilidad de una sociedad de la información, es el desarrollo de la técnica e infraestructura de redes de comunicación y tecnológicas que posibiliten el tráfico de información ininterrumpido.
Sin embargo, en este sentido, los países técnicamente desaventajados dependen de los desarrollos producidos desde países desarrollados, lo que en términos concretos, continúa abriendo la brecha de desigualdad social y económica, haciendo del tránsito de una sociedad industrial a una sociedad de la información-conocimiento, una cuestión definida por las actuales relaciones económicas y de poder.
Por otro lado se encuentra el principio de posibilidad oculto para que una sociedad de la información pueda serlo: Una sociedad solo puede definirse como “sociedad de la información” o del “conocimiento”, en tanto sus actividades económicas y sociales estén mayoritariamente enfocadas a las cuestiones referentes a la información, es decir, que se encuentren en momentos económicos posindustriales en donde la clase obrera ya no sea determinante del momento político y se abra la puerta a nuevas clases como la de profesionistas u oficinistas.
En otras palabras, las sociedades de la información son solo posibles en marcos económicos en donde la informatización supere, o tenga la evidente tendencia a superar a la industria pesada.
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A pesar de que las sociedades de la información agilicen y optimicen los recursos, el mundo capitalista -la sociedades de la información en su teoría son una continuidad histórica del capitalismo y no un momento de ruptura- sigue requiriendo de un constante flujo de bienes y servicios al mercado, es decir, por más sociedad de la información que se sea, el flujo de bienes y servicios continúa y se sigue demandando, es aquí donde entra el segundo principio de posibilidad o condición para que una sociedad de la información sea tal:
Una sociedad de la información solo puede ser en tanto su economía dependa cada vez menos de lo industrial y más de los procesos de información y conocimiento, y una sociedad solo puede abandonar su etapa industrial, en tanto la migre a otros lugares y sociedades.
En otras palabras, una sociedad plenamente clasificada como sociedad de la información, solo puede ser en tanto existan sociedades mantenidas en sus etapas industriales y agrarias, que mantengan un flujo constante de bienes y servicios que cubran necesidades.
Así las sociedades de la información se permiten poder de desarrollar nuevas tecnologías que amplían la brecha tecnocientífica, siendo esta misma, una nueva forma de capital que se acumula y reproduce en el Norte Global y se derrama de formas neocoloniales por el Sur Global.
Las maquilas estacionadas en países en vías de desarrollo, o lo que llamaría Frantz Fanon, en el tercer mundo, son la posibilidad y condición para que una sociedad de la información de primer mundo sea tal.
De esta forma, las sociedades de la información al mantener a otras sociedades en un estadio “histórico” previo, les niegan su proceso de transición al de plenas “sociedades de la información”, mientras estas pueden continuar insertas en esta clase de sociedades.
Este tránsito impedido por las propias condiciones técnicas que los países del Sur Global experimentan, hacen que estos países no puedan ser llamados sociedades de la información, mucho menos sociedades del conocimiento.
Bibliografía
Burch, S. (2005). Sociedad de la información/Sociedad del conocimiento. Palabras en juego, 54-78.
García, J. E. (2001). Surgimiento de la sociedad de la información. Biblioteca universitaria, 4(2), 77-86.
Balderas, R. (2009). ¿Sociedad de la información o sociedad del conocimiento?. El cotidiano, (158), 75-80.
Ortiz, R. R. (2012). Sociedades de la información y el conocimiento: Tecnicidad, Pharmakon e invención social. Nómadas (Col), (36), 43-55.